Título: Hamlet
Páginas: 96
Género: Clásico
Autor: William ShakespearePáginas: 96
Género: Clásico
Hamlet, personificación de la duda eterna, dominado por las emociones, no sabe resolver sus propios dilemas. Quiere descubrir la verdad, pero la verdad es dolorosa. Quiere restituir el caos en orden, pero fracasa. Shakespeare crea en esta obra un personaje más dado a la reflexión que a la acción, de ahí que los monólogos en Hamlet sean cruciales para el desarrollo interno del drama.
Siempre pensé que Hamlet debía tener unas 400 páginas, cual fue mi sorpresa cuando me enteré de que llegaba a poco más de 90, así una no puede invocar a la pereza y dejarlo para otro momento en el que tenga más tiempo, es así de sencillo, el libro se lee muy rápido pero claro como siempre me pasa con Shakespeare tengo que volver algunas páginas atrás para disfrutar más de sus juegos de palabras, de su lenguaje y sus maravillosos diálogos. Y es que leer Hamlet me ha resultado delicioso, un cambio de aires apetecible que me ha llenado y con el que he disfrutado mucho.
No pretendo haber comprendido ni un 25%, ya sabéis como es y todos los significados que pueden encerrar sus palabras.
La historia muchos la conoceréis ya, y no es un spoiler ya que es la sinopsis del libro, pero Hamlet (príncipe de Dinamarca) decide vengar la muerte de su padre (el rey asesinado) a manos de su tío. Las pocas novelas que he leído de Shakespeare siempre están llenas de sus enredos por lo que creo que es algo típico en su forma de narrar, lía la madeja muchísimo y eso me encanta, hace de la historia algo realmente entretenido y completamente recomendable. Es una tragedia y como tal no esperéis demasiadas alegrías, en ese sentido es bastante deprimente, vamos que no es una lectura demasiado navideña que es cuando yo lo he leído xD
El personaje de Hamlet me ha encantando, ver como lo toman por loco cuando realmente es el más cuerdo de todo ellos, pero sobre todo observar las situaciones cómicas que crea al seguirles el juego, además de tragedia también tiene espacio para la risa y el buen humor.
Os recomiendo la adaptación de Kenneth Branagh, con unas actuaciones espectaculares y una intensidad tremenda.