Sorprendente película en la que cada imagen podría ser nominada al Oscar de mejor fotografía.
Cada detalle parece haber sido cuidado con un mimo especial, conforme a la personalidad de uno de los personajes principales de la trama (el director del hotel).
Es precisamente el director del hotel, quien aprovechando la formación que requiere uno de los aprendices nos conducirá por el edificio, mostrándonos la función y los secretos de cada rincón.
La elegancia y disposición con la que es atendido cada huesped se emplea como fin en sí mismo, y como procedimiento para alcanzar las metas de un pícaro director de hotel. Esa doble meta, en principio contradictoria nos lleva junto al aprendiz a descubrir un personaje mucho más complejo que el típico bribón.
Y esa es precisamente una de las virtudes de esta historia, la profundidad y diferenciación de cada personaje, ofreciendo cada uno de ellos un mundo infinito.
Los diálogos, tratados con el mismo cuidado que cada imagen, es otro punto fuerte de la película, ya que en ellos hay humor y pistas que nos ayudarán a descubrir paso a paso el misterio que envuelve a la trama de la película.
Sin duda una película recomendable, rica en cada una de sus facetas, que no sé si catalogar como drama, comedia o algún otro concepto moderno que se escapa de mi conocimiento.
J.G. Rescalvo Somoza.