El nombre del viento
Patrick Rothfuss
880 páginas| Fantasía - Acción y Aventuras
Antes de empezar a escribir la
reseña como tal, me presentaré: soy Draw Writer –Eva, para los amigos- y me
gustaría agradecer a Kala Wolf el enorme detalle de dejar que me uniera a este
pequeño gran rincón de lecturas que es Cajita de Capítulos. Nadie sabe la
ilusión que me hizo (y me sigue haciendo) la propuesta, y ahora solo espero que
mis reseñas logren estar al nivel de las suyas (¡así que aquí estoy, cruzando los
dedos!)
En cuanto a esta primera reseña
que os traigo bajo el brazo, trata de una novela que prometía muchísimo pero
que, en mi opinión, se desinfla un poco según van pasando páginas. Un libro con
un trasfondo enorme y un worldbuilding impresionante, pero cuya narración,
demasiado extensa, hace que la historia se difumine un poco.
El nombre del viento empieza
lento, tirando del hilo de una historia a punto de ser contada por su
protagonista; así tenemos dos espacios temporales dentro de la novela que darán
mucho jugo a la trama, pero del que se abusa un poco al principio al no
explicar nada del futuro argumento. Afortunadamente, cuando el libro se mete por
fin en materia, la trama brilla con luz propia, regalándonos una historia llena
de giros, misterios sin resolver y personajes redondos, muy trabajados. Su
protagonista, Kvothe, nos llevará por los entresijos de un mundo violento y
deshumanizado, en busca de un sueño imposible y de una venganza que ni siquiera
puede adivinar en el horizonte. En mi opinión este personaje, que se sale de
inteligente, pecaba un poco de arrogancia, pero aun así me ha gustado y he
simpatizado con él en varias ocasiones. En sus viajes conoceremos cómo es la
vida de una compañía de músicos itinerantes, lo despiadada y cruel que puede
llegar a ser una gran ciudad y la dureza de una Universidad con mil secretos
tras sus muros.
Mención especial merece el
protagonismo de la música a lo largo de la novela. Patrick Rothfuss demuestra
ser un narrador extraordinario —a veces demasiado, he de decir—, pero me han
encandilado sus descripciones de las melodías, los sentimientos que estas
provocan en sus personajes y lo ligada que está la trama a cierta canción.
Sin embargo, a pesar de esa trama
tan alucinante, en las últimas doscientas páginas todo se me hizo un poco
pesado y no pude disfrutar del final. Quizás fuera esa narración tan extensa,
que alargaba demasiado ciertos elementos para mi gusto, pero el caso es que el
final se me quedó un poco flojo. Aun así, seguiré con la segunda parte para
conocer el destino de Kvothe. Si os gustan los libros extensos, llenos de
detalles, completamente atípicos y que se salen de realistas, este libro es
para vosotros.