He disfrutado de este thriller juvenil de principio a fin, lo maravilloso que es encontrar una historia adictiva y que no flojea en ningún capítulo. Giros argumentales, pistas extrañas que conducen a laberintos sin salida y sin respuesta.
Zero está volviendo loca a toda la ciudad, solo roba las joyas o bienes más difíciles, nunca le han pillado ni saben quien se esconde bajo la máscara plateada. Es rápido, ágil y parece tener un objetivo mucho mayor que demostrar su destreza.
Mientras tanto, Kyle Bradford vuelve al internado, el Drayton College un curso más. Pero no será un año tranquilo, los misterios van a rodear su vida por lo que tendrá que empezar a guardar delicados secretos que no podrá dejar que salgan a luz, ni contárselo a sus amigos más cercanos. Lo peor viene cuando el detective que persigue a Zero, acusa a Kyle de ser el ladrón de la máscara plateada. Tendrá que buscar pistas para demostrar su inocencia, y lo más difícil descubrir quien es realmente Zero.
Me ha gustado que la historia tiene muchas más capas de lo que puede parecer en un principio. Da la sensación de que solo será un misterio de atrapar al ladrón, pero nada más lejos de la realidad, la trama se va complicando por momentos y va mostrando relaciones entre personajes e historias mucho más oscuras de lo que podríamos esperar. Los toques de ciencia ficción que adquiere la historia añaden matices a un trama ya de por si interesantísima.
Otro detalle de Zero es que te mantiene expectante y buscando pistas, para ver si el propio lector podrá encontrar algún paso en falso de este habilidoso ladrón.
Este primer libro te deja con ganas de seguir leyendo la trilogía para conocer aún más de esta historia que se va abriendo ante nuestros atónitos ojos.
