Este libro es el tercero que leo de la autora y el tercero que hace que cada vez me enamore más de su pluma. Marisa Sicilia escribe unos romances inolvidables y muy diferentes a lo que estoy acostumbrada, con ingredientes inusuales que aportan a sus historias una capa especial que hace que sea difícil que no disfrutemos.
El Reino de Ilithya es un lugar frío e inhospito que encaja perfectamente con la vida triste y solitaria de Arianne. Rechazada por su familia por motivos que no termina de conocer, su existencia relativamente tranquila dará un vuelco y se convertirá en la única persona que conoce el secreto de como abrir el paso del castillo que podría llevar a los ejercitos directamente a la capital del reino, en un periodo de guerras su conocimiento es el más valioso.
A Arianne le toca luchar por lo que es suyo por derecho, aún sin demasiados apoyos y todo en contra, no se dará por vencida. Es una protagonista realista, de las más fuertes y resistentes que he encontrado en los libros, pero capaz de ser sensible y empática. Durante la lectura, vamos conociendo muy poco a poco los motivos por los que es rechazada por su familia y el porqué se ha convertido en una joven poco dada a querer compañia de ajenos.
El romance es apasionante, bonito, crudo en ocasiones y muy complicado. Me ha gustado que aunque por la época en muchas ocasiones le toca ceder, en otras tantas ella mantiene su poder, su palabra y sus decisiones que no se basan solo en el romance, si no en sus responsabilidades como La dama del paso.
Hubo bastantes situaciones tensas en las que no pude evitar sentir un nudo en la garganta, uno de los fallos habituales en la literatura romántica es que termina por parecerme demasiado predecible porque se abusa de la fórmula típica, Marisa Sicilia no usa de eso, y es que además te provoca un montón de dudas y te hace pasarlo bastante mal.
Con esta reseña quiero recomendaros también los otros dos libros que he leído de la autora, que también merecen mucho la pena.