Un hijo
Alejandro Palomas | La Galera
288 páginas | Dramático esperanzador
Guille es un niño introvertido con una sonrisa permanente, y es un lector empedernido con mucha imaginación. Solo tiene una amiga. Hasta aquí, todo en orden. Pero tras esta máscara de tranquilidad se esconde un mundo fragilísimo, como un castillo de cartas, con un misterio por resolver. El rompecabezas lo configuran un padre en crisis, una madre ausente, una profesora intrigada y una psicóloga que intenta armar el puzle que está en el fondo. Una novela coral que respira sentimiento, ternura, vacíos, palabras no pronunciadas y un misterio sobrecogedor.
Alejandro Palomas vuelve a hacerme emocionarme, llorar, sentir esperanza y ver la dulzura de unos personajes increíbles.
Un hijo trata sobre esos secretos que a veces guardamos para que otro no sufra, pero que van haciendo mella al que los guarda. En concreto, nos hace ver que la sobreprotección a los niños no es protegerlos, es evitarles un dolor que les enseña.
Nos habla de un niño que acepta la situación que le ha tocado mejor que su padre. Y esa falta de aceptación es la que realmente daña al pequeño. Es precioso ver a la profesora y a la psicóloga que luchan por arañar la coraza del pequeño para poder ayudarle.
La vida del pequeño y el padre es bastante misteriosa, pero poco a poco se va dejando entrever lo que ocurrió, aunque a veces el autor nos confunde un poco, cuando todo cobra sentido duele mucho.
La vida del pequeño y el padre es bastante misteriosa, pero poco a poco se va dejando entrever lo que ocurrió, aunque a veces el autor nos confunde un poco, cuando todo cobra sentido duele mucho.
Un hijo, me recordó mucho a Una madre por todos esos personajes con debilidades y fortalezas, y ese mensaje increíble de esperanza y de que las cosas terminan saliendo bien a pesar del dolor que suframos en determinados momentos.
Hay momentos en los que se me retorcían el alma de dolor por el niño fantástico y adorable que tenemos la suerte de conocer entre estas páginas, en otros momentos sonreía sabiendo que este pequeño sería capaz de todo, incluso de enseñar a su padre a volver a vivir y alejarse del pasado que le entierra.